Cuando hablamos de los distintos tipos de frutas, decíamos que dentro de las frutas secas se encuentran las semillas y aquellas frutas deshidratadas o desecadas que han perdido gran parte de su contenido acuoso. Hoy te mostramos todo sobre estas últimas y te contamos por qué pueden ayudarte a comer más sano.
Las frutas deshidratadas y sus propiedades nutricionales
Uvas o ciruelas pasas, orejones, dátiles, higos o tomates secos y variedad de frutas que han sido deshidratadas no sólo concentran su aporte energético que igualmente no supera las 300 Kcal por cada 100 gramos, sino que además, tienen la buena capacidad de concentrar nutrientes que el cuerpo necesita para funcionar adecuadamente.
Así, una característica común a las frutas deshidratadas o desecadas es su alto contenido en fibra que puede ir desde los 5 gramos por cada 100 gramos en las uvas pasas hasta los 18 gramos en las ciruelas pasa, lo cual las convierte en un excelente alimento para revertir o prevenir el estreñimiento y favorecer el funcionamiento intestinal.
Además, las frutas deshidratadas constituyen una buena fuente de hierro, entre los que destaca el durazno y el higo seco, aunque también pueden sumar calcio a la dieta, siendo los ejemplares que más concentran de este mineral el higo seco y las uvas pasas.
Asimismo, en general las frutas desecadas constituyen una buena fuente de potasio y de vitaminas del complejo B, así como de vitamina E y otros antioxidantes, por lo que son un alimento ideal para deportistas que buscan recuperarse tras un esfuerzo intenso y también, resultan frutas apropiadas para quienes tienen hipertensión arterial, dado su bajo contenido en sodio y su riqueza en otros micronutrientes.
Como podemos ver, las frutas deshidratadas si bien poseen más azúcares naturales y más calorías por cada 100 gramos que una fruta fresca, también concentran buenos nutrientes que pueden favorecer nuestra dieta y el cuidado de la salud.
Las frutas deshidratadas y su ayuda para comer más sano
Después de revisar las propiedades nutricionales de este tipo de frutas que han perdido casi todo su contenido de agua, es sabido que éstas frutas pueden contribuir a ingerir platos con más vitaminas y minerales, así como también con más fibra.
Sin embargo, allí no acaba su ayuda para comer más sano, sino que además, las frutas deshidratadas constituyen un tentempié muy nutritivo y práctico para trasladar y consumir entre horas, de manera que puede constituir o ser parte de un buen snack saludable.
Como hemos dicho, concentran azúcares naturales y fibra, por lo que puede ser ideal cuando buscamos calmar la ansiedad y controlar las calorías que comemos, siempre recordando que consumir unos 50 gramos o un puñado diario es más que suficientepara obtener nutrientes derivados de estas frutas.
Además, las frutas deshidratadas no sólo pueden consumirse por personas que desean perder peso, sino también, por quienes por el contrario, intentan coger kilos, ya que ingeridas en forma de puré o procesadas como parte de una preparación, incrementarán los nutrientes y las calorías del plato sin casi modificar el volumen del mismo.
Por último, debemos decir que las frutas desecadas pueden ser un buen reemplazo para reducir el uso de azúcar en la cocina, ya que un puré de dátiles o de uvas pasas puede brindar humedad, sabor y mucho color a un plato sin necesidad de agregar endulzantes calóricos y poco nutritivos.
Ya veis que las frutas deshidratadas pueden ser un gran recurso para cocinar y comer más sano.
Cómo incluir frutas deshidratadas a tu dieta
Aunque podemos consumir uvas pasas, dátiles, orejones y demás frutas desecadas como tal a modo de postre o de tentempié saludable para acortar el tiempo entre una comida y otra, también podemos incluirlas como ingredientes de diferentes platos para incrementar los nutrientes del mismo y disfrutar sus beneficios.
Por ejemplo, podemos sumarlas a un guisado o estofado, como este guiso de pollo con pasas o este conejo con ciruelas pasas y duraznos.
También se pueden incluir en ensaladas o en salsas para carnes y/o pastas, como en esta ensalada de frutas frescas, pipas y orejones, este lomo de cerdo con salsa de ciruelas pasas o esta ensalada de espinacas con dátiles.
Por supuesto, entre las opciones más tradicionales se encuentran las recetas dulces, por ejemplo, de cake de avena, miel y uvas pasas, bizcocho de maizena y duraznos o galletas con diferentes frutas deshidratadas.
Hay múltiples opciones para incluir frutas deshidratadas o desecadas a tu dieta habitual y así, sumar buenos nutrientes y muchos beneficios de una forma muy sabrosa y práctica. Y no olvidéis que puedes hacer chips de frutas deshidratadas tú mismo en casa.
Fuente: http://www.directoalpaladar.com/